Jacinto Antonio POSADAS TRUJILLO, « elemento rojo indeseable » ??? (ES)

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Con este artículo, dejamos por un tiempo la Borgoña para dirigirnos a Almodóvar del Campo, una pequeña ciudad española de La Mancha, en el límite de la provincia de Córdoba, en Andalucía. De esta región son originarios los abuelos paternos de mi pareja.

En cuanto al contexto histórico, hay que saber que en los últimos años, en España, los archivos de la Guerra Civil y del franquismo empiezan, aunque con dificultades, a abrirse al público. Un sitio web reciente, https://buscar.combatientes.es/, permite acceder a un índice de personas afectadas por la Guerra Civil. Hay un poco de todo: expedientes de la justicia militar, registros de fosas comunes, expedientes de personas que sirvieron con uniforme, etc. Está bastante bien hecho porque en cada entrada aparece la referencia de los documentos, así como un enlace a una página que explica cómo obtener una copia.

Desconocíamos, al igual que el resto de su familia, que Jacinto había sido sometido a la justicia militar. Fue revisando sistemáticamente a todas las personas vivas de esa época en España cuando apareció su expediente… Pero basta de explicaciones, vamos a su historia:

Jacinto Posada Trujillo, nacido en 1903 en Almodóvar del Campo, era un ciudadano ejemplar antes del estallido de la Guerra Civil Española. Empleado en el Ayuntamiento desde 1919, su trayectoria profesional en la administración local lo consolidaba como una figura conocida y respetada en la comunidad. Además de su trabajo en el Ayuntamiento, Jacinto fue elegido en 1931 por aclamación como Secretario de la Asamblea Local de la Cruz Roja, lo que reflejaba su vocación humanitaria y su excelente inserción social. A su vez, en 1932, fue nombrado Secretario de la Sociedad Agrícola de Almodóvar del Campo, donde jugó un papel importante en la defensa de los intereses de los agricultores y propietarios locales, fortaleciendo aún más su posición en la sociedad.

Una figura respetada en la comunidad antes de la guerra

Cuando la Guerra Civil estalló en 1936, Jacinto Posada gozaba de una sólida reputación en Almodóvar del Campo. Su labor como Secretario de la Cruz Roja y en la Sociedad Agrícola lo vinculaba con causas humanitarias y de mejora de la economía local, alejadas de la política partidista. Su capacidad para ayudar a los propietarios agrícolas y su dedicación a los asuntos de la comunidad lo convirtieron en una figura clave en Almodóvar. Esta inserción en la vida social, profesional y cultural local, donde también destacaba como músico y organizador de festivales benéficos, contrastó fuertemente con las graves acusaciones que enfrentó al finalizar la guerra.

La denuncia del 9 de julio de 1939

A pesar de su reputación y los numerosos cargos que desempeñaba, el 9 de julio de 1939, Jacinto Posada fue denunciado por Agustín Fernández García Minguillán, un ciudadano de Almodóvar del Campo. La denuncia lo acusaba de ser un “elemento rojo indeseable” y describía dos cargos principales:

1. Guardias nocturnas y servicio en el Comité: Agustín Fernández alegaba que, durante el periodo republicano, Jacinto había actuado como secretario del Comité de Defensa y había realizado guardias nocturnas como escribiente, asegurándose de mantener vivo el espíritu rojo en la localidad. Según Fernández, su rol era fundamental para las operaciones del Comité, lo que lo convertía en un colaborador clave del régimen republicano local.

2. Secretario del Comité de Justicia y complicidad en asesinatos: La acusación más grave fue que Jacinto había servido como secretario del Comité de Justicia, un órgano responsable de tomar declaraciones a prisioneros políticos, muchos de los cuales fueron ejecutados posteriormente. Fernández lo calificaba como “hombre de confianza” de los dirigentes republicanos, y lo acusaba de participar en las celebraciones conocidas como “francachelas”, junto a otros miembros del Comité en la Fábrica de Orujo, un lugar asociado con actos de corrupción y excesos.

Estas acusaciones colocaron a Jacinto en el centro de un proceso judicial sumario, en un momento donde las autoridades franquistas perseguían duramente a aquellos vinculados al bando republicano.

El arresto y el juicio militar

El 27 de julio de 1939, Jacinto Posada fue arrestado y asignado a residencia en Almodóvar del Campo. Durante el juicio, se presentaron pruebas que lo vinculaban con el Comité de Defensa, donde había trabajado como mecanógrafo y secretario, tareas que incluían la toma de declaraciones a prisioneros políticos. Aunque su papel era esencialmente administrativo, la denuncia lo acusaba de complicidad en la represión y ejecución de personas de ideología derechista.

Testigos de la defensa: Un apoyo crucial para su exoneración

A pesar de las acusaciones, Jacinto fue respaldado por una serie de testigos que resaltaron su integridad y sus actividades comunitarias antes y durante la guerra. Estas declaraciones fueron claves para su defensa, pues ayudaron a contrarrestar las acusaciones de colaboración activa con el bando republicano.

1. Defensa de su carácter y actividades no políticas

Un grupo de simpatizantes de la Cruz Roja local presentó una declaración el 28 de julio de 1939, afirmando que Jacinto era un hombre de “excelente conducta moral y política”. Subrayaron que, durante la guerra, se había mantenido alejado de cualquier ideología política, dedicándose en su lugar a actividades culturales y religiosas, como su participación en festivales benéficos. Esto demostraba que su rol en la comunidad había sido más humanitario que político.

2. Oposición al Socorro Rojo

Los testigos también señalaron que Jacinto había sido un ferviente defensor de la Cruz Roja, oponiéndose activamente al Socorro Rojo, una organización republicana que intentaba dominar en la localidad. Destacaron su labor de intermediación, facilitando la comunicación entre familias separadas por la guerra y ayudando a las personas perseguidas por su ideología.

3. El testimonio del sacerdote Manuel Valls Poblete

El sacerdote Manuel Valls Poblete, de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, testificó en defensa de Jacinto, certificando que provenía de una familia religiosa de conducta impecable. Según Valls, Jacinto siempre había demostrado ser un hombre devoto y moralmente recto, lo que reforzaba su imagen de ciudadano respetado.

4. Su papel en la Sociedad Agrícola

Varios miembros de la Sociedad Agrícola de Almodóvar del Campo, donde Jacinto había sido nombrado Secretario en 1932, también testificaron a su favor. Subrayaron que durante su gestión había defendido los intereses de los propietarios agrícolas y había mostrado un gran compromiso en la resolución de los problemas del campo. Este testimonio reforzó la idea de que Jacinto estaba más centrado en las cuestiones económicas y sociales de su comunidad que en las ideologías políticas.

5. Declaración de Rafael del Río Sanz y Miguel de la Vega Mohedano

Rafael del Río Sanz, un comerciante de 37 años, también testificó, afirmando que Jacinto había trabajado en el Comité de Defensa solo porque fue obligado a hacerlo, y que no tuvo un rol decisivo. Añadió que Jacinto proporcionaba noticias de Radio Nacional a personas perseguidas por los republicanos, lo que demostraba su apoyo a las personas de orden.

Miguel de la Vega Mohedano, Teniente Coronel del Ejército, defendió a Jacinto señalando que siempre lo había considerado como una persona leal al Movimiento Nacional, y que, lejos de colaborar activamente con los republicanos, había sido un ferviente propagandista de los éxitos del Ejército Nacional.

6. Testimonio de Hortensia Pérez-Serrano

Hortensia Pérez-Serrano, jefa local de la sección femenina de Falange Española, también testificó en su favor, describiéndolo como una persona de conducta intachable, que siempre había mostrado simpatía por el Movimiento Nacional y que nunca participó en actividades políticas durante la dominación republicana.

El veredicto: Exoneración gracias al apoyo comunitario

Gracias a estos testimonios, que describían a Jacinto como un hombre de carácter noble y comprometido con el bienestar de la comunidad, el tribunal militar decidió absolverlo de los cargos más graves. El 26 de agosto de 1939, el Consejo de Guerra Permanente número 10 decidió, por unanimidad, sobreseer provisionalmente el caso. Se concluyó que Jacinto no había tenido una responsabilidad criminal ni directiva en los hechos que se le imputaban. Esta decisión fue ratificada el 29 de septiembre de 1939.

El traslado a Almagro: Una posible consecuencia de la denuncia

A pesar de su absolución, el proceso judicial dejó una huella en Jacinto. Entre 1942 y 1943, decidió trasladarse junto a su esposa, María Núñez Sánchez, a Almagro. Se cree que este traslado fue motivado por las repercusiones sociales de la denuncia y el estigma que enfrentó en Almodóvar del Campo, a pesar de haber sido exonerado. Su partida parece haber sido una búsqueda de un nuevo comienzo, lejos del escrutinio de su antigua comunidad.

Fuente : Tribunal Militar Territorial 1 | Serie: Sumarisimos | Madrid, 1939 | Referencia: Sumario 5276, Caja 1704, Orden 3

Nota : Texto escrito por ChatGPT basado en mi propia investigación genealógica y el expediente de la justicia militar.

Author: Cyrille

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